Inauguramos hoy el edificio Asturias, un proyecto en el que hemos depositado mucha ilusión, porque supone un paso más en el constante crecimiento del Parque Científico y Tecnológico, la infraestructura más exitosa que existe en Asturias para el desarrollo empresarial en el que trabajan más de 3.300 personas.

A las administraciones nos corresponde el papel de construir infraestructuras, ofrecer estímulos, respaldar proyectos y recabar apoyos. Nada más y nada menos. El resto lo pone la iniciativa privada, con su talento, empuje y creatividad. Ese tándem entre administración y empresa es el que crea territorio y favorece el progreso.

La Administración recibe recursos de los ciudadanos y los dirige hacia la economía productiva, y las empresas aprovechan el entorno favorable para crear riqueza, que luego retorna a la sociedad en forma de nuevas inversiones, puestos de trabajo, y las utilidades obtenidas gracias a las manufacturas y servicios.

Nosotros creemos en la total libertad de las iniciativas empresariales

Cuánto menos injerencia desde la Administración, mejor. No consideramos que sea preciso que los concejales o la alcaldesa estén cada poco presentes en el parque, porque para figurar y aparentar hay ya otros lugares más adecuados.

Aquí se viene a trabajar y nosotros estamos a disposición del Parque Científico y Tecnológico, no dispuestos a servirnos de él. En el parque hay un director gerente, muy competente, que hace frente a las demandas de cada día.

No tenemos el monopolio del modelo, pero no en todos los sitios se gestiona con el mismo acierto ni en todos los lugares hay un entorno tan favorable. El parque de Gijón da cabida a la vocación empresarial gijonesa, que históricamente ha sido locomotora de la economía asturiana. Aquí mejor que en cualquier otro sitio se puede comprobar que la verdadera ventaja empresarial radica en el capital humano.

El crecimiento de las residencias empresariales.

Un crecimiento del 105% desde que llegamos

En junio de 2011, cuando empezamos este mandato, el Ayuntamiento de Gijón tenía 7.132 metros cuadrados destinados a residencias empresariales; tres años y cuatro meses más tarde, nos encontramos con que están dedicados 14.625 metros a ese fin. Un crecimiento del 105%. 140 empresas con 900 trabajadores trabajan en hectárea y media de instalaciones.

El edificio Asturias, con sus 2.172 metros de construcción es una pieza importante de este desarrollo. Ha sido posible con una inversión de 1,6 millones de euros, el 75% aportado por el Ayuntamiento de Gijón y el 25% restante corrió a cargo del Principado.

Nuestra labor está en el continente, las empresas deben elaborar su contenido

Como decía al principio, las administraciones debemos hacer esto, construir las infraestructuras, crear la carcasa necesaria para que las empresas lleven adelante su tarea. Nuestra labor está en el continente, las empresas deben elaborar el contenido. El futuro del edificio Asturias, su contribución económica, depende de la iniciativa privada. El Ayuntamiento seguirá cumpliendo con su misión y nuestro próximo objetivo es la construcción de un nuevo edificio para medianas y grandes empresas.

A las administraciones también nos corresponde ofrecer estímulos, que sirvan de catalizador de las inversiones privadas. Una cosa son estímulos o alicientes y otras las subvenciones a fondo perdido, que perjudican más que benefician, porque desvirtúan la competencia, relajan la exigencia empresarial y acaban sustituyendo la creatividad y el amor al riesgo del empresario por la búsqueda de rentas. Con la proliferación de las subvenciones a fondo perdido, el tándem Administración-empresa se convirtió en una malsana relación clientelar y las administraciones pasaron a ser agentes determinantes de la actividad económica, decidiendo desde los despachos lo que se debe producir y diseñar y lo que no. Esta patología, por desgracia, se desarrolló mucho en nuestra región en pasadas décadas con resultado funesto para todos.

No debemos despistarnos, sigamos por la senda de las buenas prácticas, y demos todo nuestro apoyo a esta infraestructura. Que el parque sirva para recoger las aportaciones de todos, y no sirva jamás de territorio para las luchas partidistas.